La seguridad biométrica solía ser el origen de las películas de espías.
Alguien se acercaba sigilosamente a una entrada secreta, escaneaba su globo ocular y se deslizaba por una puerta.
Ahora, casi todas las personas con un nuevo teléfono inteligente pueden mirarlo para desbloquearlo.
Quizás impulsada por esto, la gente quiere que la biometría juegue un papel más importante en sus vidas.
ComputerScienceZone.org reunió datos sobre biometría para argumentar que las personas consideran cada vez más las contraseñas pasadas (sin mencionar que son frustrantemente difíciles de recordar) y prefieren usar sus funciones para interactuar con la tecnología.
Los escáneres de huellas dactilares son el método preferido para iniciar sesión en aplicaciones para el 63 por ciento de los encuestados.
Al mismo porcentaje le gustaría usar sus impresiones para pagar artículos en tiendas minoristas.
La facilidad de uso es lo que más guía, y el 70 por ciento dice que eso es lo que guía sus preferencias.
Sin embargo, lo que a menudo es fácil no es lo más seguro.
La gente puede pensar que son únicos, pero Face ID de Apple ha identificado erróneamente a miembros de la familia como propietarios de un teléfono más de una vez.
La función de desbloqueo facial en Android a menudo confunde las fotos con las reales.
Y el año pasado, una empresa de seguridad de Corea del Sur filtró accidentalmente información biométrica de un millón de clientes.
Existen algunas prácticas recomendadas para utilizar la seguridad biométrica.
En primer lugar, investigue qué dispositivos y aplicaciones utilizan la detección de actividad para que no puedan ser engañados por una foto.
Luego, inicie la autenticación de dos factores para cualquier cosa protegida biométricamente.
Y por último, vigile sus dispositivos.