Estados Unidos está luchando contra el brote del nuevo coronavirus COVID-19, pero los sistemas de salud del país siguen siendo vulnerables a los ataques.
Un estudio de Palo Alto Networks verificó 1,2 millones de dispositivos de Internet de las cosas en miles de ubicaciones en organizaciones empresariales de TI y de atención médica en los Estados Unidos, y los resultados son preocupantes.
Se determinó que el 83 por ciento de esos dispositivos tienen software desactualizado.
La mayoría del 56 por ciento de esos sistemas ejecutan Windows 7.
El 27 por ciento restante de los sistemas obsoletos incluyen Windows XP o versiones anteriores y no compatibles de Linux.
Microsoft dejó de admitir oficialmente Windows 7 en enero, pero muchos usuarios leales y proveedores de atención médica aún tienen que cambiar a Windows 10 u otra plataforma.
Recientemente se reveló que el sistema operativo ahora obsoleto mantiene una participación de mercado del 25 por ciento.
Mientras tanto, solo el 11 por ciento de los sistemas ejecutan Windows 10 en este momento, con otro 6 por ciento dividido entre Linux y Windows 8, que se espera que pierda el soporte extendido en 2023.
Esto significa que la mayoría de los sistemas que ejecutan equipos médicos en este país son vulnerables a virus, malware y piratería.
Atlas VPN señala que el fin del soporte de Windows 7 y la falta de actualizaciones oportunas llega en un momento en el que la cantidad de registros médicos robados aumenta sustancialmente cada año.
De 5,1 millones en 2017, hasta 14 millones en 2018, y ahora 40 millones (un aumento del 65 por ciento) en 2019.
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Sin embargo, no todo son malas noticias.
Más del 40 por ciento de los ejecutivos de atención médica afirman que planean mejorar la seguridad cibernética en 2020.
Si bien los sistemas son críticamente vulnerables a la piratería durante la pandemia de COVID-19, la esperanza es que esto solo sea un problema temporal.
